Los colectivos paran, y la gente se sube al viaje del mañana, para abandonar por siempre el pasado
Las verdulerías abiertas están, para con el trabajo su vida comprar, y el fruto de la esperanza vender
Las estrellas del atardecer por la vereda angosta caminan, esquivando la mugre de aquellos actos impuros, que quedaron sin limpiar
Ellas con la cabeza gacha caminan, suspirando ante el panorama sombrío, de un pasado que todavía no fue
En Constitución se desplazan, esperando a los tiempos de paz constituir
A pesar de las persianas bajas, del acero oxidado de los carros que trasladan el cartón,
El día que se constituya la esperanza del barrio, sueñan las estrellas con un atardecer soñado
El día que el señor de remera agujereada, un chofer de tracción a sangre
El día que los salones vacíos y cerrados, con carteles de penurias
Se conviertan en un señor de camisa al volante, y un negocio que a de resplandecer
Al subterráneo se dirigen, los que se han de trasladar
El ruido de un tren viejo, sucio como la estación, llega luego de tanto esperar
La espera es casi eterna, más larga que el viaje, por lo que el servicio funciona, tan mal como el optimismo
Un viaje tan largo, como el de levantar a los caídos, que se aferran al piso, al no tener techo
Tan largo viaje, amerita el caminar, a pesar del panorama, que es complicado asimilar
Los estudiantes ya no estudian, y los comerciantes no comercian
La universidad está cerrada, y el comerciante ya no abre
El alma está cerrada, y su llave nadie encuentra, a pesar de las estrellas, que la buscan sin cesar
Iluminar las sombras, es su deseo, y que los pasos de alegría vuelvan a andar, en medio de un clima de tanta inmensidad
La inmensidad del silencio, que solo es violado por instantes de recuerdo, de aquellos tiempos donde el ruido solía caminar
Las estrellas llegan al Microcentro, luego de tanto andar
Las personas van y vienen, respirando los buenos aires de la bella ciudad
Los turistas un café toman, en la calle de la libertad
Liberarse de su yugo, quieren los que han de su alma libertar
De San Juan a Córdoba, las estrellas caminaron, y por tantas avenidas, sus ojos reclamaron
Que los marginados alcancen, los buenos aires de verdad, en plena libertad
El por mayor de los hombres, ya no cree en la verdad, ni piensa en libertad
Por su barrio solo ven, persianas bajas y obscuridad, que todo lo atrapa, desde antiguas generaciones hasta tiempos de actualidad
Por la basura observan, los restos de la noche, cuya obscuridad también atrapa, a la vista de las estrellas, lo que el día no puede aportar
Tan solo creen en Dios, quien les muestra el mal, para que aprendan a amar, en la vida espiritual
Estos tiempos ya no sirven, para las dudas disipar
Mientras las estrellas siguen su camino, queriendo las tragedias solucionar
Estas ya perdieron la esperanza, al igual que la angosta calle, tan angosta como el caminar
La espiritualidad solo queda, para la esperanza rescatar, de los tiempos terrenales, que la supieron secuestrar
A la libertad se dirigen, para con Dios conectar, para profesar la constitución, de la paz anhelada
Cansadas de este pesado caminar, ahora por el cielo aparecen, las estrellas de la tarde, en las vísperas del sábado