En la Argentina pareciera ser no solo que cualquiera le gana a cualquiera, sino que el puntero del campeonato puede tener una debacle (veremos cuanto dura), perder puntos en el camino y seguir en la cima en soledad.
En Santa Fe, Boca fue un agrupamiento de personas de unión fantasmagórica, sus futbolistas no pesaron en el desarrollo, no se colaboró comunalmente para que el partido no se haga una enredadera, que predominen la fricción y el juego poco fluido. Boca se vio absorbido por la voluntad de Rafaela porque no presionó para recuperar y jugar, sino que presionó para que no ocurra lo peor posible, que en ese caso hubiese sido volverse de Rafaela sin nada. Esas condiciones favorecían notoriamente al local, porque ante la desventaja en calidad y talento, debía igualar la ecuación gracias al esfuerzo, y mientras más ponía el visitante y se diluían sus posibilidades de triangulación y pase al ras era que más cómodo se sentía la "crema" para ir escalando en el campo con Gudinio implantado en la derecha y tratando de generar pelotas detenidas.
Los de Guillermo no tuvieron absolutamente nada como para llevarse el triunfo: pareciera que en espacios más reducidos y en un campo de juego en estado más complejo no se pudiese asociar ni poner jugadores en ataque, cuando ante Patronato en la Bombonera no se vio una imagen tan opaca pero si múltiples dificultades para superar al rival. El equipo de la ribera no tuvo nada como para justificar un triunfo porque tampoco tuvo rebeldía para que, entre espacios reducidos, se pueda abrir el camino con un remate de media distancia o generar un gol a través de la pelota detenida. Bentancur en una ocasión tuvo la oportunidad del remate, pero pareciera que la intención es hacer los goles debajo del arco y no soltar la pelota hasta la muerte; sus compañeros ni siquiera tuvieron la posibilidad, nadie dijo presente para probar desde afuera del área, recurso muy útil no tenido en cuenta. Los tiros libres o tiros de esquina son un arma para los rafaelinos, por lo que se necesitaba cometer pocas infracciones, pero ante la clausura de opciones en ataque, podía ser una oportunidad para Boca; sin embargo, todos los tiros libres fueron mal ejecutados por Pablo Pérez (no puede ser que Boca no tenga un buen ejecutante de pelotas detenidas, y esto viene de hace rato). El empate le sentaba bárbaro a un aburrido compromiso, aunque si hubiera habido un ganador, ese sería Rafaela, justamente por tener la ambición de rematar a portería, donde jugó la suerte del travesaño. Puede decirse que Boca lo tuvo dos veces entre Fabra y Pavón (única conexión vista en la tarde, aparte de un centro atrás de Zuqui que puede considerarse de aceptable actuación), pero en vez de inclinarse hacia la izquierda teniendo en cuenta sus posibilidades por ese sector, parece que tan solo fueron intentos tan aislados como Benedetto.
La buena noticia para el "xeneize" es que River no ganó y perdió la posibilidad de acercarse. No sería lo mismo tener a Newell's o a cualquier equipo como fiel perseguidor que al rival de toda la vida, con lo que significa perder un torneo a causa de una hipotética derrota en el superclásico. Igualmente, River continúa vivo, tiene que jugar con Boca, y Boca tiene que jugar con Newell's, que está a tres puntos. Dejar porotos en el camino le da tanta incertidumbre al torneo que los rosarinos tienen las mismas posibilidades que Boca de quedarse con el título, en un campeonato tan irregular que Racing es una máquina de ganar y tampoco se baja de la pelea. Boca sigue dependiendo de sí mismo: habrá que ver si es capaz de detener su caída libre.
Los de Guillermo no tuvieron absolutamente nada como para llevarse el triunfo: pareciera que en espacios más reducidos y en un campo de juego en estado más complejo no se pudiese asociar ni poner jugadores en ataque, cuando ante Patronato en la Bombonera no se vio una imagen tan opaca pero si múltiples dificultades para superar al rival. El equipo de la ribera no tuvo nada como para justificar un triunfo porque tampoco tuvo rebeldía para que, entre espacios reducidos, se pueda abrir el camino con un remate de media distancia o generar un gol a través de la pelota detenida. Bentancur en una ocasión tuvo la oportunidad del remate, pero pareciera que la intención es hacer los goles debajo del arco y no soltar la pelota hasta la muerte; sus compañeros ni siquiera tuvieron la posibilidad, nadie dijo presente para probar desde afuera del área, recurso muy útil no tenido en cuenta. Los tiros libres o tiros de esquina son un arma para los rafaelinos, por lo que se necesitaba cometer pocas infracciones, pero ante la clausura de opciones en ataque, podía ser una oportunidad para Boca; sin embargo, todos los tiros libres fueron mal ejecutados por Pablo Pérez (no puede ser que Boca no tenga un buen ejecutante de pelotas detenidas, y esto viene de hace rato). El empate le sentaba bárbaro a un aburrido compromiso, aunque si hubiera habido un ganador, ese sería Rafaela, justamente por tener la ambición de rematar a portería, donde jugó la suerte del travesaño. Puede decirse que Boca lo tuvo dos veces entre Fabra y Pavón (única conexión vista en la tarde, aparte de un centro atrás de Zuqui que puede considerarse de aceptable actuación), pero en vez de inclinarse hacia la izquierda teniendo en cuenta sus posibilidades por ese sector, parece que tan solo fueron intentos tan aislados como Benedetto.
La buena noticia para el "xeneize" es que River no ganó y perdió la posibilidad de acercarse. No sería lo mismo tener a Newell's o a cualquier equipo como fiel perseguidor que al rival de toda la vida, con lo que significa perder un torneo a causa de una hipotética derrota en el superclásico. Igualmente, River continúa vivo, tiene que jugar con Boca, y Boca tiene que jugar con Newell's, que está a tres puntos. Dejar porotos en el camino le da tanta incertidumbre al torneo que los rosarinos tienen las mismas posibilidades que Boca de quedarse con el título, en un campeonato tan irregular que Racing es una máquina de ganar y tampoco se baja de la pelea. Boca sigue dependiendo de sí mismo: habrá que ver si es capaz de detener su caída libre.