miércoles, 24 de agosto de 2016

BOCA 2 SANTAMARINA 1: LOS NOMBRES VAN APARECIENDO, PERO FALTA MUCHO

 En los 32avos Boca había vapuleado a Güemes, un equipo amateur, muy inferior en lo técnico y lo físico. Pero ahora el rival era de la B Nacional, nada más y nada menos que una categoría inferior a la primera división. Caruso Lombardi, un experto del ascenso si los hay, dijo unos años atrás que físicamente el Nacional B y la Primera están equiparados. Es decir, Boca podía sacar ventaja desde lo individual, desde lo técnico, pero el equipo tandilense iba a intentar ganarle desde lo físico. Ante un equipo profesional, el partido no iba a ser igual al anterior.
 La realidad es que no se jugó del todo bien. Boca tuvo siempre la intención, jugando limpia la pelota a través de los volantes centrales, hubo combinaciones prometedoras por las bandas entre los volantes/extremos y los laterales y Benedetto tuvo por lejos hasta ahora su mejor partido con esta camiseta; pero la fricción predominaba en el campo. Santamarina fue a reducir espacios y a jugarla larga: en la faceta ofensiva hizo agua continuamente, y en lo defensivo hubo embotellamientos junto con los hombres de Boca que le quitaron esplendor al espectáculo. 
 Pero si vamos a líneas generales, los de Guillermo merecían la victoria: tuvo más tiros al arco, mostró cosas más interesantes, e hizo lo fundamental, que es el gol, y que refleja porqué estábamos ganando: los bonaerenses tuvieron varias complicaciones para desactivar el peligro (en esta jugada, y en varias más, con rechazos defectuosos), y Boca siempre siguió enchufado con la presión para volver a tenerla, para ser punzante por las bandas (la jugada comienza con Peruzzi y termina con Fabra), y estuvo el toque de distinción para hacer la diferencia (cuando Fabra desborda no tira la pelota de prepo, sino que se frena para dejar desairado al marcador, para luego ponerle la pelota en la cabeza a Benedetto). 
 El partido no estaba para mucho más, pero sucedió algo inédito: Richard la clavó como tal vez lo haga pocas veces en su vida. Es cierto, la pierden entre Pérez y Bentancur (a eso uno puede exponerse cuando juega con dos cincos de juego) pero la realidad es que nadie tuvo nada que hacer, los dioses se pusieron de acuerdo para que la pelota vaya a donde fue. Jugar contra Boca es una motivación siempre, y a veces pueden ocurrir estas inspiraciones en los rivales. Es algo a tener en cuenta. 
 Una noche tranquila y de color se estaba llenando de niebla, pero por fín encontramos un nueve que aclare el panorama: Benedetto se caracteriza por aguantar bien la pelota y sacarse de encima la marca, y reunió sus mejores cualidades para asistir a Pavón. Como el gol de Santamarina son cosas del fútbol, que el lineman se equivoque, también (como también el gol que no le dan a Bentancur en el primer tiempo). Que Boca es un club muy grande y no puede festejar las victorias con goles en off-side queda en la interpretación de cada uno. Un triunfo es un triunfo, y si en vez de quedarnos con el compilado del partido vamos a lo genérico, el Xeneize hizo más méritos. 
 Este equipo promete por la ambición de la propuesta y los intérpretes para realizarla, pero hay mucho camino por recorrer. Tévez sigue sin entrar en juego. El Apache no tuvo una noche para el olvido como en las semis de la Copa, pero todavía no es el Tévez que sale de la media. Se vio en varias ocasiones cómo se desentendía del circuito y se alejaba del tránsito del juego, optando por una apilada ante varios rivales (ese amontonamiento frío para marcar es algo que se planteó el equipo rival, pero como se dijo anteriormente, Boca muchas veces no colaboró para mover la pelota y encontrar huecos), sin encontrar opción de pase. 
 Se encontró el nueve, se afianza una defensa, se van entendiendo los volantes centrales (fueron importantísimos para que no crezcan los contraataques rivales), pero todavía falta encontrar a Carlitos, que él se busque a sí mismo y que los compañeros lo busquen a él. 
 

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