viernes, 12 de agosto de 2016

QUE APAREZCAN LOS RESPONSABLES, Y TAMBIÉN LAS SOLUCIONES

 Argentina había quedado afuera en fase de grupos del último mundial sub-20, y ahora se queda afuera en la misma ronda en el torneo sub-23 de los Juegos Olímpicos. Caer en que el seleccionado quedó eliminado porque Calleri erró goles o Rulli tuvo un par de equivocaciones es algo muy, pero muy chiquito. Yendo al fondo de la cuestión, los mayores responsables (por no decir los únicos) son los que dirigen hoy en día nuestro desolado fútbol argentino, que no son capaces de llevar tres jugadores mayores de 23, que tienen descoordinaciones insólitas como lo fue haber pensado que Dybala iba a estar en Brasil, que nos hacen el hazme reír del mundo entrenando con ocho jugadores, que hacen que Martino se vaya espantado de todo el caos que gobierna el fútbol (Segura nunca tuvo el liderazgo de un presidente, ni el compromiso que debería haber tenido. De hecho, mencionó que no había apuro para designar un coordinador de inferiores), donde ante la partida del rosarino Olarticoechea tuvo que hacerse cargo de un equipo que nunca fue tal, porque los chicos se conocieron en los partidos, porque no hay un proyecto en inferiores que guíe al Vasco hacia una forma de jugar, por lo tanto la Argentina fue como un grupo de muchachos que se juntan a jugar: nada planificado, poca preparación, mucha improvisación.
 Obviamente, el fútbol no deja de ser un juego donde para ganar debe entrar la pelota en el arco, y se puede decir que Calleri no estuvo del todo fino, que como cualquier ser humano, entre tantas buenas, Rulli puede tener alguna mala, que Lo Celso no se entrometió en el entramado de la circulación (acostumbrado a ser el eje de un Central que juega muy distinto a la selección, que ni tiene un funcionamiento), entre otras cosas, pero más allá de individualidades, la problemática es qué fue lo que se hizo para que los convocados obtengan resultados y otorguen un buen rendimiento, y la respuesta es que no se hizo nada. De eso todos esperamos que alguien salga a dar la cara, a explicar qué fue lo que se hizo mal y cómo piensan resolverlo. Porque mientras muchas selecciones (por más de que parezcan inferiores futbolísticamente) avanzan en orden, en logística, en infraestructura, en metodología, y Argentina queda estancada. 
 Tanto en la política nacional como en la del fútbol, este país se acostumbró a disfrutar del instante sin pensar en un futuro, y a dejar de lado la seriedad y depender de la improvisación. Son varios los protagonistas del plantel y el mismo Olarticoechea que mencionaron la falta de orden. Es decir, no lo inventé yo ni nadie: lo dicen los mismos protagonistas, que la viven desde adentro. Si Segura, Grondona y toda la calamidad que sea nos querían hacer pensar que como está Messi está todo bien, se acabaron los cuentos. Ojalá algún día se trabaje como se trabaja en España. 
 Y la pregunta que me hago y que menciona Maradona en su libro, uno la hace de corazón: ¿después de Messi, que vamos a hacer? Empecemos a trabajar, o lo que dijo el Coco Basile del temor a terminar como Brasil se hace cada día más real. 

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