lunes, 29 de febrero de 2016

RACING 1 BOCA 0: ESTA VEZ, LA PELOTA NO NOS SIRVIÓ DE NADA

 Boca tuvo el 64% de la posesión de la pelota, y tan solo dos tiros al arco que hicieron participar a Ibánez. Eso demuestra que no se trata solo de tener la pelota, sino que la cuestión es qué hacer con ella.
 Racing hizo su negocio: llegó una sola vez, convirtió el gol, se cerró y terminó el partido. Boca no supo cómo quebrar esa muralla que construían Cerro, Aued, Pillud, Lollo, Sánchez y Grimi. 
 Es fácil decir que el problema de que no se genera peligro es porque no hay un nueve de área, que hubo un error importante en no ir a buscar un reemplazante para Osvaldo, pero el dilema es más a fondo: Boca tiene la pelota, pero no sabe como sacar ventaja de ello porque no hay movilidad ofensiva para romper líneas, para descubrir espacios. No es lo mismo que el enganche sea Lodeiro o que sea Pablo Pérez, pero aún así, Pérez tiene capacidades para poder armar juego, llegar al área, pero siempre que recibió la pelota la recibió estático, sin sorprender, lo que marca problemas de funcionamiento. Los laterales pasan, pero nadie se acerca para generar el 2-1 por las bandas, y todo termina en un centro sin sentido, menos sentido aún si no hay una referencia de área. 
 El cambio de Chávez por Bentancur fue positivo, ya que el volante uruguayo no pesaba en la creación ni en la finalización como supo hacerlo ante San Martín y Newell´s, y un delantero con la potencia del Comandante que se mueva de la izquierda hacia el centro era una buena idea para por lo menos juntar mas gente en una zona que parecía sellada por el encubrimiento de los de Sava, pero fue tan solo un cambio posicional, no estructural, por lo tanto Meli siguió chocando, Pérez sin encontrar un socio, y jugando al límite (siempre es una complicación que obliga a hacer un cambio, que complica aún más el complicado contexto del encuentro), Tévez yendo a buscar la pelota cerca de Gago. 
 Con Newell´s y Cali demostramos que un sistema puede funcionar sin un delantero de área, con un falso nueve saliendo y entrando permanentemente, volantes llegando, generando una sociedad con combinaciones que suplan la referencia en el área con intercambios posicionales y un juego fluido, pero esta vez nos encontramos con un rival que cerró todas las puertas, que le encontró la vuelta para desactivar todas nuestras posibilidades, y que se sintió cómodo sin la pelota. Remates al arco sin peligro, un mano a mano de Chávez luego de una buena pelota de Meli agarrando a Racing a contramano (la única jugada seria de Boca, que fue aislada, ya que fue todo lo contrario a lo que se dio en los 90 minutos), tan solo eso, para tener la pelota el 64% del partido. 
 Es una derrota que trifulca los ánimos porque a Racing tampoco le sobra nada, y me animo a decir que jugó un partido incompleto a las expectativas nivelares que tiene su público y el DT: se cerró y anuló el juego de Boca, eso lo hizo muy bien, pero amagó a contragolpear con contraataques que nunca llegaron, lo que marca una falencia para desarrollar su idea, pero le alcanzó con la llegada por las bandas de la única jugada que tuvo a principio del partido. 
 "Es más fácil jugar para neutralizar que jugar para desarrollar", una frase de Latorre que enmarca lo que padece el Xeneize: el elenco de la Ribera supo encontrar espacios y moverse libremente contra un equipo como Newell´s (pretendió salir a atacar en la Bombonera), sacando rédito de la tenencia de la pelota para aprovechar las falencias que dejó el rival, pero le costó y padeció el partido con un equipo como Racing (quiso congelar el partido desde el comienzo), que no dejó ningún espacio, y eso hizo que Boca no los encontrara, llevando a Tévez a lugares donde no se siente cómodo.
 Una de las tareas que requiere darle una identidad a un equipo es no solo saber a qué se quiere jugar, sino también superar escenarios adversos donde el rival intente acorralar todos los caminos, generar huecos donde parece que nos los hay, y eso no supo hacer Boca, no porque no tenga una idea, sino que esa idea puede tener algunos déficits.

domingo, 28 de febrero de 2016

HURACÁN 1 SAN LORENZO 1: OTRO MILAGRO DEL GLOBO

 Sin dudas un punto que vale oro, que los hinchas de Huracán disfrutarán como un triunfo, porque es un clásico, por todo lo que pasaron, porque el árbitro expulsó a Risso injustamente, y porque fue en el último minuto, cuando San Lorenzo se estaba por llevar los tres puntos.
 El partido se jugó sin brillo, pero con mucha intensidad: Huracán nunca terminaba de juntar a Montenegro con Ábila, y Espinoza y Gonzalez nunca encontraron la posibilidad de desbordar por las bandas, debido a la presión de los de Guede, que como pide el entrenador, se torna un equipo insoportable, porque presiona constantemente, pero no ejerciendo una presión en tres cuartos de cancha, sino que como hizo en la Supercopa, presionó en la mitad de la cancha con los delanteros y los cuatro volantes, además de los centrales que salen a anticipar constantemente. Y como Huracán iba con mas ganas que fútbol, ya que le costaba unir líneas, y el ciclón contraatacaba con mucha gente, es por eso que los de Domínguez no soltaron demasiado a los laterales, y Bogado optaba por quedarse respaldando a Fritzler y no ayudarlo demasiado a Montenegro en la gestación de juego.
 En el segundo tiempo, con Mussis en cancha, San Lorenzo tuvo mas claridad para jugar la pelota, ya que por haber ingresado un volante central por un volante ofensivo no significa que sea un cambio defensivo, porque con Ortigoza mas liberado, más Mussis que desde atrás se involucra en la posesión de la pelota, San Lorenzo pudo atacar mejor, con más inteligencia y menos barullo. Gracias a la mano del DT se justificaba su ventaja, porque fue el mas claro de la segunda parte, y Huracán seguía dependiendo más de la presión y la insistencia sobre los posibles errores en el fondo del clásico rival, que se hacen muy evidentes cuando retrocede (en este caso, con Ortigoza cerca de Mussis, no sucedió) y las zozobras para salir jugando desde el fondo.
 El error que hace merecer el empate de Huracán es que San Lorenzo se jugó a aguantar el resultado, cuando las características de sus jugadores y el estilo que pretende Guede no se acomodan a esperar la pelota, sino que gusta más de presionar y tenerla lo mejor posible. Mientras que la virtud del globo está en ir hasta el final, en no resignarse nunca, porque a Romero Gamarra no le pesó tener que encarar cuando tenía la pelota, porque lo empujó al rival a meterse en el arco de Torrico los minutos finales. Cuando el enemigo está caído, mejor cortarle la cabeza, porque puede levantarse y matarte a vos, dirían los bávaros.
 Por el contexto, por el gol sobre el final, el que se lleva la alegría es Huracán, que escribe otra página sagrada sacando un empate histórico, ante pura adversidad, estando con uno menos y luego de lo que no fue una tragedia mortal por cuestión de metros. Es innegable que este equipo de Parque Patricios tiene algo especial, que cuando parece venirse abajo, nunca está muerto, afuera y dentro de la cancha.

jueves, 25 de febrero de 2016

DEPORTIVO CALI 0 BOCA 0: DESPUÉS DE TODO LO QUE PASAMOS, EL PUNTO VALE

 Una de las principales diferencias entre deportes como el boxeo y el fútbol, además de que en uno se juega con 11 jugadores, dos arcos y una pelota, es que el objetivo del primero es destruir al adversario, mientras que en el segundo se requiere recuperar el balón presionando y marcando al portador del objeto, con el objetivo de recuperarlo para distribuir la posesión de la pelota o para una rápida transición de contraataque. Reiteramos por si no se entendió: en el fútbol se presiona y se marca al portador de la pelota, para quitarle el balón; no para destruir al adversario. Pero para los que cometen la agresión (no solo agresión de golpear al rival, sino también una agresión al fútbol, porque en este deporte se gana jugando mejor que el adversario, no pegando más que el otro) olvidándose de la pelota, existen jueces llamadas árbitros que deben impartir justicia, pero hay algunos que nacieron para la injusticia, y que no saben cual es la diferencia entre una falta de expulsión o amonestación y una infracción más común. Sinceramente da vergüenza que en el torneo internacional más importante después de la Champions, como lo es la Libertadores, estén este tipo de referís. Gracias a árbitros como Cortez, se difunde el erróneo mensaje de que jugar con garra y corazón es lastimar al oponente, y que estos partidos coperos que deberían ser de alto vuelo, terminen siendo un bodrio donde sale beneficiado el equipo que va con intenciones de romper todo lo que tenga una camiseta de distinto color. Ojalá que no se repita.
 Boca fue a imponer su juego, intentando repetir el mismo mecanismo estilístico que nos hizo golear a Newell´s, pero se terminó siendo todo muy desvirtuado, friccionado, impreciso, por un Deportivo Cali que no salió a jugar, sino que salió a pegar. Nadie dice que hay que jugar como Boca, formando un rombo en la mitad de la cancha, con Tévez quitando referencia, donde Gago fue nuestra aptitud en su mayor exponente, derrochando claridad entre tanto tumulto; sino que jugar para neutralizar al rival y atacar en el momento justo también es un estilo totalmente respetado, ya que nadie dice que atacar más que defender es jugar mejor, porque el fútbol requiere de ambas cosas, de atacar y defender, por lo tanto si hay equipos que atacan mas de lo que defienden, porqué estaría mal visto que sea al revés. Pero a lo que quiero llegar es que Cali no salió a hacer ningún tipo de juego, sino que se olvidó completamente de la pelota, a tal punto de lesionar a Lodeiro a los ocho minutos. Lamentablemente, el primer tiempo se terminó desvirtuando y jugándolo como el rival quería, gracias a la complicidad del árbitro. 
 En la segunda parte, se vio realmente una parte distinta de esta historia: el rival estuvo mas sereno, y con jugadores como Sambueza, Roa, Preciado y Borrés hizo trabajar a Orión en algunas ocasiones, construyendo un juego individualista y directo, mientras que Boca tuvo el juego interno de los últimos partidos pero sin poder desnivelar en los últimos metros. Chávez nos dio mas peso en el área y mas libertades a Pérez, pero faltó mas justeza a la hora romper líneas. 
 La conclusión final es que después de todo, donde no jugábamos contra 11, sino que parecían 12 oponentes, y donde luego de padecer las inescrupulosas patadas que nos proporcionaron, jugamos de igual a igual con un equipo que tiene buenos talentos y presiona constantemente, lo que lo hizo un rival complicado y hace que el resultado sea lo más lógico. El punto sirve, de visitante en la Copa lo más importante es sumar, y con más razón en escenarios tan adversos. 

domingo, 21 de febrero de 2016

BOCA 4 NEWELL´S 1: SI SE RECUPERA CARLITOS, SE RECUPERA TODO

 El gol a los 30 segundos es un cachetazo para el rival y una motivación para los propios, y marcó un camino que sería irreversible: Boca tomando la iniciativa, con un Palacios intratable, Molina escalando por la derecha como un lateral experimentado haciendo superioridad numérica por su sector, y Carlitos dejándole vía libre a Bentancur que llegó libre para rematar, ante un Newell´s desconocido, con un medio campo desnudo en la zona del círculo central.
 Cuando estábamos contentos por estar arriba 1-0, casi sin darnos cuenta, minutos después Carlitos hizo un golazo que, previamente a que le cometan la falta, había sentenciado otra imagen del partido: un Apache imparable, siendo el conductor y eje de todas las iniciativas. 
 Con este encuentro se despejan todas las mentiras de que no se puede jugar sin un delantero de área. Con buen juego, con un falso nueve como Tévez que se mueve en posición de enlace para confundir a los centrales y llegando al área jugadores por sorpresa, se puede jugar bien y hacer goles. Para eso fue fundamental Palacios, que no fue un extremo por derecha, sino que fue un punta que se movió por todo el frente de ataque, y Bentancur, siendo el volante con más obligaciones ofensivas para ocupar el espacio libre que había en el área cuando Tévez salía de ella, como en el primer gol. En este partido volvió el equipo campeón, con individualidades que marquen la diferencia con orden defensivo y desorden ofensivo (en el buen sentido). En orden defensivo nos referimos a la buena ubicación y precisión de Cubas, la presión coordinada para recuperar la pelota cada vez que se pierde, y la seguridad de los defensores para marcar mano a mano, donde Insaurralde nos hizo acordar a la solidez que tenía el Boca de Falcioni, con él como pieza clave, para que Orión se vuelva a aburrir en el arco por segundo partido consecutivo. En desorden ofensivo quiero referirme a Tévez moviéndose libremente para quitarle referencia al equipo rival, y está bien que así sea, porque a jugadores como Carlitos hay que dejarles el papel, y qué él dibuje lo que quiera; Palacios picando entre líneas o combinando por derecha, Lodeiro siendo clave para la superioridad numérica en el medio y para ser el nexo en el circuito de juego, Gago desprendiéndose de la línea de volantes, Bentancur llegando al área. 
 Pero todos los movimientos y buenas combinaciones tienen que ver con el líder que timonea el barco, porque todos los compañeros saben a quién le tienen que dar la pelota: cada vez que la tuvo Carlitos, hubo un toque de distinción, le dio sentido a todas las tenencias de la pelota. Él le marca el camino a los compañeros: cuando sale del área, Bentancur sabe que tiene que llegar libre, cuando se tira atrás, Palacios sabe que le va a dar un pase entre líneas. Pero no le hizo un homenaje a Román, que miraba desde el palco: Tévez no es un enganche ni tiene las mismas características que Riquelme, sino que es un delantero que puede armar juego, por lo tanto condujo el equipo a su manera, encarando, desnivelando, por momentos siendo él el punta que le ganaba la espalda a los defensores rosarinos. 
 Se podría decir que en el primer tiempo hicimos lo que quisimos, pero el segundo tiempo no fue igual, ya que los futbolistas de la Lepra empezaron a sentir algo de vergüenza para por lo menos descontar y no seguir recibiendo goles, por lo que la mitad de la cancha fue mas disputada, y nuestros pases mas repartidos, no tan profundos. Y a pesar de que a todos nos hubiera gustado que el segundo tiempo fuera igual que el primero, congelar el partido tampoco está nada mal, sabiendo que eran tres puntos asegurados. Pero la categoría de jugadores como Maxi Rodríguez y Tévez pueden generar temblores donde parece que todo está tranquilo y pacificado. El descuento, un golazo, donde se puede encontrar algo para corregir, pero que a simple vista es innegable que prácticamente nadie tiene la culpa, y cuando no pasaba nada, a Carlitos se le ocurrió hacer de las suyas para dejarle el gol a Palacios. 
 Estos triunfos dan mucha confianza y desactivan la locura que se vive en este país de querer echar gente por un puñado de malos resultados, y demuestran que este grupo es fuerte y se levantó de un momento complicado, transformando malos rendimientos en excelentes actuaciones, y pasando de no poder hacer un gol a convertir cuatro. Pero hay que escuchar lo que dice Román: por ganar dos partidos todavía no logramos nada. 

jueves, 18 de febrero de 2016

SAN MARTÍN 0 BOCA 1: RESUCITAMOS

 Primero, no quiero que pase desapercibido el objeto que le lanzaron a Orión antes de comenzar el encuentro, porque el problema está en que es una agresión más, que como muchas otras, pasan desapercibidas, porque en este país estas agresiones ya parecen ser normales. Y la realidad es que hay que tomar medidas ejemplificadoras, para que por lo menos, que la próxima vez los agresores lo piensen dos veces. Esto no debería ser algo normal, sino que es algo loco, y en esta sociedad hay muchos locos, por eso entre tanta locura parece que hay mucha normalidad, porque para un loco no es raro ver otro loco.
 Hablando de fútbol, Boca volvió a vivir. Se mostró seguro y tuvo convicción para lastimar al rival, pero no la eficacia para abultar el resultado, por eso el marcador quedó corto.
 Tirar un pelotazo para arriba sin sentido es no jugar nada, pero es muy distinto que tirar un pelotazo que más que un pelotazo, es un pase largo a la cabeza de Osvaldo, con el objetivo de peinar la pelota para jugar con Carlitos o Palacios. Pero aún así, el pase largo de un central a un delantero debe ser un arma importante, pero no la única, ya que con eso no alcanza, y demostramos otras armas como para llevarnos el resultado: con rasgos del campeón, tuvimos buen juego y explosión con Palacios complicando por los costados, buenas intervenciones por las bandas de los laterales, llegadas de parte de Bentancur, y sobre todo, un toque de distinción de parte del Apache, que se movió detrás de Osvaldo y se entendió bien con él.
 Y el mejor ejemplo de la resurreción de este equipo es Tévez: de un Carlitos apagado, sin confianza, que encaraba y perdía, que remataba sin precisión, a un Tévez de los viejos tiempos, enchufado, con determinación para encarar y ganarle a los rivales, y con jerarquía para marcar el gol. De ahí podemos explicar por qué el hincha de Boca pudo volver a festejar un grito de gol: hubo fluidez a la hora de tener la posesión, un pensamiento homogéneo de parte de los 11 para atacar y meter la pelota dentro del arco, y no la confusión de los últimos partidos.
 Pero la mayor diferencia entre el partido con Atlético Tucumán y el de la victoria en San Juan es el partido de Orión. Habiendo tenido mucha participación con los tucumanos por los espacios que tenía Atlético para lastimar debido al desmoronamiento de Boca, esta vez fue un espectador de lujo, ya que estuvimos mas compactos, con un Cubas seguro, y además con Bentancur y Gago que esta vez jugaron al lado de él y lo ayudaron, sin necesidad de desentenderse de la creación del juego, donde por momentos Bentancur pudo convertir. Y con un mediocampo bien armado, la defensa tuvo una aceptable participación. Los centros tal vez fueron la única pálida de la noche, donde por habernos dormido algunas siestas los jugadores de San Martín lograron conectar de cabeza.
 Sin orden y equilibrio, por más de que tengas los mejores jugadores del mundo, es imposible jugar bien, y en esta victoria se vio un Boca solidario a la hora de cubrir espacios. Si bien pudo habernos dado una mano San Martín, que tuvo una actuación muy pobre, nosotros también somos artífices de que la mayor preocupación de nuestro arquero haya sido el proyectil antes de comenzar el partido.
 Con la imagen de Osvaldo uno puede darse cuenta de que se decían muchas falsedades como que había jugadores que le soltaron la mano al entrenador, ya que Dani jugó con un dedo fracturado, haciendo honor a la camiseta de Boca, bancando al DT y demostrando que la actitud y ganas nunca estuvieron en duda.
 Esperemos que este sea el fin de una mala racha y el inicio de una buena seguidilla, pero no hay que confundirse, porque a veces la victoria puede cegarnos: el equipo del Vasco ganó merecidamente y por fín jugó, pero pudo haber jugado más, ya que en el segundo tiempo no se llegó como en los primeros 45 minutos, y contra un rival que aproveche mejor los cabezazos, en cada centro podemos sufrir bastante, lo mismo si no liquidamos los encuentros. Hay que mantener el mismo rendimiento (o mejorarlo) para seguir espantando supersticiones negativas, si no queremos volver a caer en la debacle que nos torturó todo el verano.

lunes, 15 de febrero de 2016

BOCA 0 ATLÉTICO TUCUMÁN 1: TOTALMENTE PERDIDOS

 Todavía me pregunto cómo llegamos a esta situación, cómo es que saliendo campeones en noviembre, en febrero no damos dos pases seguidos, no le hacemos un gol a nadie, peligra la continuidad del DT. Será que la buena racha que logramos el año pasado dio un giro, que ahora sufrimos en una interminable pesadilla de malos resultados y escasez de goles, pero no comprendo como de un día para el otro el presente de un equipo puede tener un cambio tan radical. Lo que sí se puede explicar es que ese juego dinámico, de alta presión, de buen trato de la pelota, de hacer ancho el campo con un 4-3-3 pasó a ser un juego más terrenal con la llegada de un Tévez que absorbió la presión y nos hizo salir campeones, sin un juego deslumbrante pero con individualidades que hacían la diferencia, pero ahora que no están esas individualidades, que ya Carlitos no se puede hacer el eje del equipo como el año pasado porque no anda derecho, parece que no encontramos el rumbo.
 Y como no encontramos el rumbo, tan solo con ver una imágen del posicionamiento de los jugadores en el campo nos podemos dar cuenta de que Boca está desordenado, es como un náufrago en una balsa en el medio del mar, que no sabe dónde queda el norte, el sur, el este, o el oeste. Boca no marca en ataque: cuando perdía la pelota, Atlético gozaba de los espacios que tenía a su disposición para filtrar un pase ante una defensa abierta, sin respaldo táctico, con jugadores que quedaban flotando, y un equipo partido y expuesto ante cada pérdida del balón. Para peor, el volante central tiene que ser el equilibrio, el relojito (con más razón en un equipo que está tan desbalanceado), y si Cubas no está preciso y pierde la pelota, solo queda rezar. 
 El partido se jugó de igual a igual, es cierto, porque Boca a pesar de quedar desprotegido ante cada recuperación rival, por momentos encontraba profundidad con las subidas de Fabra, que jugó en posición de antiguo lateral brasileño, y en Osvaldo, que fue importante en algunas jugadas tirándose atrás para poder jugar con Carlitos o Palacios, pero no alcanzó. Apenas un par de buenas combinaciones con Osvaldo, que pecando de nuestra ineficacia, no alcanzaron. Decir "qué hubiera pasado si" haciendo referencia a las llegadas que pudimos haber aprovechado es muy poco para un club como Boca, con la historia y jugadores que tiene, además de que jugadas asociadas hubo muy pocas y todo lo restante fueron puro empuje y ganas, pero nada de fútbol, sumando a que el segundo tiempo nos vimos inyectados en la desesperación contra un Atlético Tucumán mas sereno que si hubiera estado decidido, podría haber liquidado el partido. 
 El Vasco parece estar también dentro de esa balsa, y parece que la brújula se le cayó al mar: Boca empezó con el Cata de 4, y terminó con Insaurralde de 3 (hasta tenemos la mala suerte de que se lesione Fabra, y que no esté Silva en el banco), Meli de 4 y Carrizo disperso por toda la cancha, jugando primero por la izquierda, luego por la derecha, o vaya uno a saber de qué estaba jugando. Mientras que jugadores que podrían haber aclarado un poco el panorama como Pérez o Lodeiro se quedaron en el banco. Pero aún así, haya los cambios que haya, nada parece ser una solución, porque no hay una idea de juego, todo depende del azar. El Vasco colocó dos volantes de creación como Gago y Bentancur, pero quedaron deambulando en el centro de la escena mirándole la patente al rival ante cada pérdida de la pelota.
 Actitud de los jugadores y aliento de la hinchada nunca van a faltar, nos podemos quedar con el sacrificio del Cata jugando por derecha, el empeño de Insaurralde por izquierda, la actitud de Bentancur para pedir la pelota en el momento que más quemaba, pero en el fútbol no alcanza con el esfuerzo. Actitudinalmente los jugadores respondieron, pero futbolísticamente no.
 Uno confía en que el Vasco va a revertir la situación, encontrar el equipo que parece haber perdido. Pero los rendimientos y la suerte que tuvimos el año pasado se agotaron, y a uno le cuesta creer que la solución sea que el Vasco se vaya por la puerta de atrás para que llegue otro entrenador que ordene la situación, mejore el rendimiento de cada uno e imponga un estilo, porque Arruabarrena no merece irse de esta manera. 

jueves, 11 de febrero de 2016

BOCA 0 SAN LORENZO 4: UNA HECATOMBE DIFÍCIL DE DIGERIR

 Antes de hablar del partido, que la verdad carece de importancia comparado con hechos que tienen que ver con la salud, ya que el fútbol será una pasión, un negocio, pero no deja de ser un juego, por lo tanto habiendo ocurrido el accidente que sufrió el plantel de Huracán sinceramente para mí esta final queda muy minimizada. Desde estas líneas quiero brindarle fuerzas al plantel de Huracán, y mucho apoyo a Toranzo, a Mendoza y al profesor Santella, los tres mas comprometidos, y que continúen sus carreras cuando se recuperen del todo para que sigan disfrutando de su trabajo, que siempre lo han hecho muy bien.
 Como el fútbol es la dinámica de lo impensado, a veces el resultado no se explica con el desarrollo del partido, pero este no es el caso, ya que el resultado concuerda perfectamente con lo que sucedió en los 90 minutos. Boca fue un desastre, no jugó y dejó jugar al rival, mientras que San Lorenzo no nos dejó jugar, y jugó, se floreó, goleó. Salió todo mal. 
 Muchos decían que Boca quería colgarse del travesaño, pero el posicionamiento de los jugadores demostró que Silva y Peruzzi eran mas volantes que laterales, y con la línea de tres siempre sobra el líbero, por lo tanto Díaz o Insaurralde debían salir con pelota dominada para empezar a elaborar juego y generar superioridad numérica. El problema es que el juego se construye pasando la pelota para encontrar los espacios, y cuando Boca salía jugando no había a quien pasarle la pelota, y había que recurrir a pelotazos. Cuando un equipo no tiene juego hay dos síntomas que lo demuestran: trasladar mucho la pelota o tirar pelotazos, eso es lo que ocurría cuando el Cata o el Chaco tenían la pelota. Tévez cuerpeó muy bien, se hizo el espacio para quedar cara a cara con Torrico, pero falló (no había mucho margen para definir cómodamente, consideremos eso), y jugando a los bochazos a lo sumo tendrás una o dos chances así que tienen que ver con fallas de cálculo, desacoples y falta de coordinación entre los zagueros rivales, es decir, jugando así no se le puede hacer un gol ni al arco iris excepto que haya yerros del fondo rival, y eso no suele ocurrir en muchas oportunidades. 
 Con los laterales tapados, sin desmarque de los volantes, con los delanteros muy alejados, no se puede hacer dos pases seguidos, excepto que se la pasen entre el arquero y los centrales. Y mientras padecíamos la frustración de no poder jugar bien al fútbol, San Lorenzo nos ojeaba con una sonrisa burlona: no presionó a Díaz e Insaurralde, sino que tapó a todos los posibles receptores, y cuando tuvo la pelota a diferencia de nosotros tuvieron asociaciones. El oponente juntó tres jugadores de muy buen pie en tres cuartos de cancha, y hubo combinaciones con Cerutti y Cauteruccio más los laterales que aparecían por sorpresa (no como los nuestros que siempre estuvieron acorralados), como en el primer gol, donde Belluschi nos hizo un golazo como para ponerlo en un cuadro, que nos hace pensar que nadie tiene la culpa, pero los movimientos previos sí explican las falencias y virtudes de los dos equipos. 
 Con Gago y Osvaldo se buscó mas conexión entre la mitad de cancha y los delanteros, con Tévez detrás de los puntas, y con Lodeiro San Lorenzo tuvo mas conflictos con los que preocuparse, pero el medio siempre fue de ellos, y en el mediocampo es donde se ganan los partidos. Aún así, con una genialidad de Osvaldo (la única jugada asociada de Boca en todo el partido) tuvimos el empate, pero a Meli le quedó largo el control (ni esto nos sale bien). Belluschi recibió siempre la pelota redonda, Barrientos llegó solo para conectar, una evidencia del descompensamiento, del erróneo retroceso cuando se pierde la pelota, y el Cata Díaz terminó corriendo para todos lados, no sabiendo si ir a presionar o alejarse para interceptar un posible pase, lo que marca un estado de confusión, para que encima nos hagan el segundo gol que definió la historia, porqué a partir de eso ya nos sentíamos derrotados, psicológicamente destrozados. 
 Se dio todo para que haya pasado lo que pasó: el equipo que perdió no tuvo suerte, no jugó a nada, mientras que el ganador tuvo suerte, jugó mucho mejor, entendió el partido, y hasta tuvo delicias individuales como los golazos de Belluschi y el segundo de Barrientos. 
 No hay que caer en la locura general que nos interpela la sociedad y este fútbol tan loco como lo es el fútbol argentino. Habría que dejarlo trabajar al Vasco, y que entre todos reviertan la situación. Hay que ser conscientes de que Boca no juega a nada, no retrocede bien, no está preciso, no marca bien, y todo esto genera este tipo de tornados que arrasan con todo, y que son un terremoto anímico. Si pudimos salir de las eliminaciones con River, tenemos que salir de esta. 

domingo, 7 de febrero de 2016

TEMPERLEY 0 BOCA 0: UN LABERINTO

 Boca todavía no salió del laberinto del verano, y la búsqueda por salir de él recuperando el juego y las individualidades del año pasado parece ser un camino sin salida. 
 Apenas insinuaciones al comienzo de los dos tiempos fueron chispas de esperanza de que Arruabarrena y sus jugadores habían recuperado la memoria. Pero fueron tan solo arremetidas urgidas por la motivación de salir al campo de juego, ya que esas ocasiones al principio de cada tiempo fueron las únicas chances que Boca tendría en toda la noche. Es decir, siempre pareció que al principio nos llevamos puesto a Temperley, pero mientras corrieron los minutos la realidad nos dio un baldazo de agua helada: que el Xeneize no era superior al Gasolero, que el local estaba bien parado, con un repliegue imposible de contrarrestar para un equipo visitante que tenía la pelota, pero no tenía buen juego. 
 Aún así, el panorama podría ser mucho peor, ya que el resultado final es totalmente lógico, Temperley no mereció ganar ni tuvo las oportunidades para hacerlo, y Boca se pudo desinfectar de algunos de los virus que lo sometieron en el verano: hubo mas concentración (el fondo estuvo seguro, sin cometer errores tontos), tuvimos la pelota y los laterales tuvieron un buen partido porque fueron fundamentales para hacernos anchos, pero en el hecho de tener el balón fue donde pecamos: no sirve de nada tener el objeto redondo si no hay profundidad. Pero obviamente, esto no alcanza, porque Boca es Boca y la diferencia que hay entre la jerarquía de ambos equipos no se notó, por lo tanto pudimos haber avanzado varios pasos en el laberinto con respecto al verano, pero todavía no salimos de él. 
 Los laterales tienen que pasar al ataque para ser las ruedas de auxilio y para ser alternativas por las bandas, pero no para depender exclusivamente de ellos, como en la mayoría de las jugadas que terminaban con un centro inconcluso de Silva, lo que marca la poca generación de juego. Y además de que colectivamente no encontramos espacios ni asociaciones, individualmente carecemos de buenos rendimientos, y como declaró el Vasco, lo colectivo hace a lo individual, y lo individual hace a lo colectivo. El mejor ejemplo es Carlitos: no termina bien ninguna jugada, no encuentra su lugar, se lo veía por momentos yendo a buscar la pelota cerca de Cubas, y en la chance mas clara que estuvo cara a cara con Crivelli tardó una eternidad para definir. Como se dijo luego de los amistosos con River: si el mejor anda mal, todo es más difícil. 
 Con Gago y Pavón en cancha, el Vasco buscó mas fútbol interno y primer pase con el volante, y desborde y velocidad con el delantero, pero tampoco fueron solución. Pero el problema no está en los nombres, ya que no pasa porque a Chávez le guste más o menos recibir la pelota de espaldas que recibirla en velocidad, sino que es un problema funcional, porque no hay ningún nueve que haga goles si no hay un equipo que genere fútbol para asistirlo, mientras que a excepción de Silva, los restante fueron campeones el año pasado. 
 Esperemos que la final del miércoles sea el punto de partida para dejar atrás la mala racha y encontrar la salida a este laberinto, donde por ahora parece que nos olvidamos de dejar migas de pan para poder salir y reencontrar nuestra identidad.  

viernes, 5 de febrero de 2016

NUNCA HAY VERDADERAS SANCIONES

 La reducción de las sanciones de la Conmebol para Boca y Central son sin dudas beneficiosas para ambas instituciones y confortables para los hinchas, pero no le hace bien al fútbol sudamericano, ya que es inconcebible que después de que le hayan roto la cabeza a Orión de un piedrazo en el Gigante de Arroyito, o que un idiota le haya tirado gas pimienta a los futbolistas de River, por una excusa festiva e insólita como el aniversario de la Conmebol, donde parece que como la organización cumple 100 años y vive un momento de felicidad, todo pasa, todos están perdonados. Como si un juez cumpliera 50 años y por ser un número alto y redondo, empezara a bajar penas a favor de asesinos o ladrones. Mientras que otros dirigentes manifiestan su malestar, y tienen todo el derecho y la razón para descargarse: supongamos que el equipo cuya sanción fue reducida sería River, ¿que pensaría el hincha de Boca en este momento?. Pero los verdaderos motivos de las reducciones tal vez no sean los que se expresan afuera, y que puertas adentro los motivos sean las habilidades de los dirigentes argentinos. Además de que le hayan quitado la fecha de suspensión a Saja cuando ya estaba en México, (viaje que había hecho solo para acompañar a sus compañeros), todo muy desprolijo.
 Y yendo al fondo de la cuestión, además de que esta gesta marca los chistes que son las sanciones en Latinoamérica, algo que jamás ocurriría en continentes serios como el europeo (el Barcelona, que se podría decir que es el Boca de la UEFA, por su magnitud, afición y trascendencia, estuvo un año sin poder incorporar jugadores, y la sanción se cumplió al pie de la letra), las verdaderas sanciones, que deberían ser individualizar a los agresores y aplicar medidas ejemplificadoras, aún son utopías.
 Que le hayan hecho una nota al Panadero y que este declarara que en un tiempo quiere volver a la cancha, y que está seguro de que algún día va a volver, de ser cierto lo que dice, sería una vergüenza, mientras que Angelici había prometido encontrar a los demás autores físicos, y al autor intelectual, para denunciarlos y publicar sus nombres para que la gente sepa quienes son. Todavía no se sabe a fondo cómo fue el crimen del gas pimienta, y cabe reiterar que sería una vergüenza que un delincuente como el Panadero vuelva a una cancha de fútbol y algo que marca la falta de justicia en nuestro país: que en estos momentos esté tranquilo en su casa y no en la cárcel, donde merece ir. Esperemos que sus dichos solo sean delirios propios. Además de que todavía no hay ninguna explicación de porqué este individuo veía los partidos en la posición de los camarógrafos.
 Y en el caso de Central, si bien es de menor trascendencia (no deja de ser grave), nunca se pudo individualizar al agresor. Y si queremos tirar mas leña al fuego, en la Copa Libertadores 2014 un hincha boliviano del San José terminó muerto por incidentes con la hinchada del Corinthians, y ganó la pasividad, en lo que fue uno de los días mas tristes del fútbol sudamericano, pero como siempre, todo pasa.
 Las verdaderas sanciones tienen que ser individualizar a los protagonistas de los hechos y castigarlos duramente como se merecen, pero como eso no ocurre, alguna determinación se debe tomar, por eso se sanciona que se juegue sin público, perjudicando a muchísima gente que no tiene nada que ver, pero en la Conmebol no se toman muy en serio las sanciones, por lo tanto, que los delincuentes sigan lanzando piedras o lo que sea, total tienen que bancarse uno o dos partidos sin ir a la cancha y listo. Pero de todas formas, el Panadero tuvo la mala suerte de que se haga famoso por el incidente, y la peor sanción que va a tener es la condena social.