Racing hizo su negocio: llegó una sola vez, convirtió el gol, se cerró y terminó el partido. Boca no supo cómo quebrar esa muralla que construían Cerro, Aued, Pillud, Lollo, Sánchez y Grimi.
Es fácil decir que el problema de que no se genera peligro es porque no hay un nueve de área, que hubo un error importante en no ir a buscar un reemplazante para Osvaldo, pero el dilema es más a fondo: Boca tiene la pelota, pero no sabe como sacar ventaja de ello porque no hay movilidad ofensiva para romper líneas, para descubrir espacios. No es lo mismo que el enganche sea Lodeiro o que sea Pablo Pérez, pero aún así, Pérez tiene capacidades para poder armar juego, llegar al área, pero siempre que recibió la pelota la recibió estático, sin sorprender, lo que marca problemas de funcionamiento. Los laterales pasan, pero nadie se acerca para generar el 2-1 por las bandas, y todo termina en un centro sin sentido, menos sentido aún si no hay una referencia de área.
El cambio de Chávez por Bentancur fue positivo, ya que el volante uruguayo no pesaba en la creación ni en la finalización como supo hacerlo ante San Martín y Newell´s, y un delantero con la potencia del Comandante que se mueva de la izquierda hacia el centro era una buena idea para por lo menos juntar mas gente en una zona que parecía sellada por el encubrimiento de los de Sava, pero fue tan solo un cambio posicional, no estructural, por lo tanto Meli siguió chocando, Pérez sin encontrar un socio, y jugando al límite (siempre es una complicación que obliga a hacer un cambio, que complica aún más el complicado contexto del encuentro), Tévez yendo a buscar la pelota cerca de Gago.
Con Newell´s y Cali demostramos que un sistema puede funcionar sin un delantero de área, con un falso nueve saliendo y entrando permanentemente, volantes llegando, generando una sociedad con combinaciones que suplan la referencia en el área con intercambios posicionales y un juego fluido, pero esta vez nos encontramos con un rival que cerró todas las puertas, que le encontró la vuelta para desactivar todas nuestras posibilidades, y que se sintió cómodo sin la pelota. Remates al arco sin peligro, un mano a mano de Chávez luego de una buena pelota de Meli agarrando a Racing a contramano (la única jugada seria de Boca, que fue aislada, ya que fue todo lo contrario a lo que se dio en los 90 minutos), tan solo eso, para tener la pelota el 64% del partido.
Es una derrota que trifulca los ánimos porque a Racing tampoco le sobra nada, y me animo a decir que jugó un partido incompleto a las expectativas nivelares que tiene su público y el DT: se cerró y anuló el juego de Boca, eso lo hizo muy bien, pero amagó a contragolpear con contraataques que nunca llegaron, lo que marca una falencia para desarrollar su idea, pero le alcanzó con la llegada por las bandas de la única jugada que tuvo a principio del partido.
"Es más fácil jugar para neutralizar que jugar para desarrollar", una frase de Latorre que enmarca lo que padece el Xeneize: el elenco de la Ribera supo encontrar espacios y moverse libremente contra un equipo como Newell´s (pretendió salir a atacar en la Bombonera), sacando rédito de la tenencia de la pelota para aprovechar las falencias que dejó el rival, pero le costó y padeció el partido con un equipo como Racing (quiso congelar el partido desde el comienzo), que no dejó ningún espacio, y eso hizo que Boca no los encontrara, llevando a Tévez a lugares donde no se siente cómodo.
Una de las tareas que requiere darle una identidad a un equipo es no solo saber a qué se quiere jugar, sino también superar escenarios adversos donde el rival intente acorralar todos los caminos, generar huecos donde parece que nos los hay, y eso no supo hacer Boca, no porque no tenga una idea, sino que esa idea puede tener algunos déficits.