El gobierno de 32 años de Grondona al frente de la AFA fue un gobierno en el que la violencia le ganó al fútbol, donde hubo corrupción por doquier, donde vaya uno a saber que pasó con el dinero que se invirtió en el frustrado AFA Plus, donde en vez de que las cosas sean claras para todos los equipos, el equipo que consigue lo que quiere lo consigue por pedir (o saber pedir) en vez de solucionar el tema con un reglamento como la gente, y la frase de Julito Grondona, presidente de Arsenal, diciéndole a Lorente (presidente de Newell´s): "está mal que pidas los tres puntos porque cuando ustds salieron campeones mi papá les hizo muchos favores" es más que polémica y deja mucho que pensar (o en realidad no hace falta pensar nada, porque ya se sabe con solo eso que la AFA es un escándalo). Sin embargo Grondona no tenía competencia en las elecciones, e insólitamente seguía en el cargo hasta que su salud dio por terminado el ciclo (por ahora continúa el grondonismo con Segura, que con mucha menos autoridad, se espera que no gane las elecciones).
El tema del escándalo de la FIFA deja en evidencia de Blatter, que no puede no tener que ver en lo absoluto con los negocios ilegales que realizaron varios empresarios, entre ellos Grondona, quien era el vicepresidente de la FIFA, es decir, alguien muy allegado a Blatter. ¿Y como puede ser que Blatter no sepa nada ni tenga nada que ver? Y la pregunta mas interesante es cómo sigue ganando después de semejante papelón. La única respuesta que tenemos es que si después de esto nadie le puede ganar, siguiendo los pasos de su colega don Julio, solo la muerte lo va a poder sacar del sillón.
viernes, 29 de mayo de 2015
miércoles, 27 de mayo de 2015
BOCA 2 HURACÁN LAS HERAS 0: LA JERARQUÍA PROPIA Y EL ERROR AJENO, LAS CLAVES
Seguramente mas de uno estaba sentado comiendo un salmón con salsa de cerveza y puré de manzana mirando la televisión como si todo fuera un trámite, como si la victoria de Boca a fuerza de las leyes de la lógica llegaría por naturaleza o por oficio, porque inevitablemente es la sensación que uno siempre tiene en este tipo de compromisos. Pero el fútbol argentino nos demuestra día a día que haciendo un buen partido tácticamente y estando concentrados los 90 minutos pueden lograrse cosas impensadas sin importar con qué nombres cuentes, y resulta que la historia estaba a gusto de Huracán Las Heras, que con toda la humildad fue a cerrarse y forzar el empate a fuerza de cerrarle los caminos a Boca a pura garra, concentración, sincronización y apoyo táctico, y lo estaba logrando mientras que Boca manejaba la pelota y era dueño del partido, pero no del resultado porque llegaba hasta el área de Huracán y hasta lograba desbordarlo pero siempre faltaba el toque final, lo que se hacía imposible por los atributos impuestos mencionados anteriormente de parte del equipo mendocino.
Estos son los partidos en los que el jugador tiende a frustrarse, porque todos estaban teniendo buenos rendimientos, ya que Huracán no atacaba y nosotros llegábamos al área constantemente, entonces reiteramos: Boca hacía todo bien excepto la parte final por el buen repliegue de Huracán, por eso Boca era dueño del partido y no del resultado, que merecidamente estaba obteniendo el elenco rival.
Y como mencionamos que el jugador tiende a frustrarse por insistir todo el partido y no lograr el objetivo, a medida que los minutos pasan la pelota va transformándose en un volcán en erupción, y se empieza a tener menos el balón por una cuestión de pasarlo lo mas rápido posible para llegar al área lo mas rápido posible, y por lo tanto los envíos al área se hacen mas constantes, y esos sucesos emocionales que se proyectan en el campo de juego favorecen claramente al equipo rival.
Pero una vez mas el Vasco acertó con los cambios, porque Lodeiro nos dio fútbol ante tanto suspenso, y cuando digo fútbol me refiero a lo que se necesita en los momentos de poca serenidad: movilidad para recibir libre, saber llevar la pelota, etc. Mientras que el cambio de Calleri por Marín fue importante para aumentar nuestra masa de jugadores en ofensiva para, sin necesidad de tener superioridad numérica, a través de la jerarquía y la inteligencia para asociarse quebrar esa masa -o colectivo- que proponía el rival para defender, descartando un defensor que sobraba. Y los cambios tienen que ver con el triunfo, porque la victoria solo iba a lograrse por dos factores: por imponer nuestra jerarquía y por un error rival, y estos dos factores se fusionaron: a través de atacar con muchos hombres pero sin torpeza, Osvaldo rompió líneas de forma brillante asistiendo a Calleri para luego recibir la devolución mientras el arquero rival salía erróneamente. Mientras que el segundo fue por determinación propia y resignación rival.
Aunque en los papeles no sea un triunfo muy destacado, por el contexto es un triunfo importantísimo.
Estos son los partidos en los que el jugador tiende a frustrarse, porque todos estaban teniendo buenos rendimientos, ya que Huracán no atacaba y nosotros llegábamos al área constantemente, entonces reiteramos: Boca hacía todo bien excepto la parte final por el buen repliegue de Huracán, por eso Boca era dueño del partido y no del resultado, que merecidamente estaba obteniendo el elenco rival.
Y como mencionamos que el jugador tiende a frustrarse por insistir todo el partido y no lograr el objetivo, a medida que los minutos pasan la pelota va transformándose en un volcán en erupción, y se empieza a tener menos el balón por una cuestión de pasarlo lo mas rápido posible para llegar al área lo mas rápido posible, y por lo tanto los envíos al área se hacen mas constantes, y esos sucesos emocionales que se proyectan en el campo de juego favorecen claramente al equipo rival.
Pero una vez mas el Vasco acertó con los cambios, porque Lodeiro nos dio fútbol ante tanto suspenso, y cuando digo fútbol me refiero a lo que se necesita en los momentos de poca serenidad: movilidad para recibir libre, saber llevar la pelota, etc. Mientras que el cambio de Calleri por Marín fue importante para aumentar nuestra masa de jugadores en ofensiva para, sin necesidad de tener superioridad numérica, a través de la jerarquía y la inteligencia para asociarse quebrar esa masa -o colectivo- que proponía el rival para defender, descartando un defensor que sobraba. Y los cambios tienen que ver con el triunfo, porque la victoria solo iba a lograrse por dos factores: por imponer nuestra jerarquía y por un error rival, y estos dos factores se fusionaron: a través de atacar con muchos hombres pero sin torpeza, Osvaldo rompió líneas de forma brillante asistiendo a Calleri para luego recibir la devolución mientras el arquero rival salía erróneamente. Mientras que el segundo fue por determinación propia y resignación rival.
Aunque en los papeles no sea un triunfo muy destacado, por el contexto es un triunfo importantísimo.
domingo, 24 de mayo de 2015
BOCA 0 ALDOSIVI 3: LA BOMBONERA NO ERA LA MISMA, NOSOTROS TAMPOCO
Ya de por sí el partido era extraño al jugar sin público, por la falta de gente parecía un partido inter-country, donde un equipo no sabe con qué armas le va a jugar el otro. Y con esto de que parecía un partido inter-country vamos a hablar mucho: como no era un inter-country, había jugadores conocidos de un equipo y del otro y viendo videos se puede saber perfectamente a qué juega cada uno, y era sabido que Aldosivi iba a entregarnos la pelota y lastimarnos de forma veloz atacando al espacio con Lugüercio y Lagos abriéndose a los extremos y con Sand y Martínez esperando en el centro o uno asistiendo al otro atacando los espacios vacíos. Es decir que había que tener cuidado con no dejar espacios y estar atentos a cada pérdida del balón, y no se produjo nada de eso: cada vez que perdimos la pelota en vez quedar de frente a la jugada el rival nos agarraba retrocediendo, y los atacantes del equipo marplatense tenían tiempo de sobra y distintas variables para maniobrar en frente de la defensa, donde abundaba el espacio.
Pero mirando la otra cara de la moneda puede decirse que teniendo la pelota fuimos el equipo de siempre: hicimos ancha la cancha, tuvimos movilidad para triangular, Chávez se movió de forma inteligentente por las espaldas de Canever y León para conectar libre y Gago siempre recibió libre para intentar hacer lo que hacía Xavi en el Barcelona de Guardiola: que el equipo elabore en base a él, comenzando las jugadas siempre con él recibiendo libre perfilado hacia delante y que en él se decida para donde tiene que prosperar la jugada. Pero a su vez en esta cara hay una doble cara, porque a la hora de definir vuelve el concepto del inter-country: Chávez definió con muy poca determinación el mano a mano a comienzo del partido, Osvaldo ni siquiera acertó al arco en el penal, etc. Y es muy conocida esta frase: "los goles que no se meten en un arco, se meten en el otro".
Y con el segundo gol -o golpazo- de Aldosivi se vino el mundo abajo, y esa posesión de la pelota ya no tenía un fin elaborado y concreto, sino que chocaba contra el desánimo y el derrumbe y era todo con empuje, incluso transformando a Gago en un iniciador de jugadas en un destructor de las mismas, ya que todos sus pases empezaron a ser mas arriesgados y erróneos, empujados por el derrumbe anímico. Y este equipo no tuvo nada que ver con el equipo que venció a Lanús, porque estuvo la misma idea y casi los mismos intérpretes, pero no estuvo la misma actitud ni eficacia en la ejecución.
Es posible que esta versión de Boca sea una versión deteriorada por el bajón anímico que significó el affaire panadero, pero todavía quedan dos partidos y hay que recuperarse y hacer todo lo posible para irnos al descanso de la Copa América punteros, porque está en nosotros convencernos o no de que el año aún no está perdido.
Pero mirando la otra cara de la moneda puede decirse que teniendo la pelota fuimos el equipo de siempre: hicimos ancha la cancha, tuvimos movilidad para triangular, Chávez se movió de forma inteligentente por las espaldas de Canever y León para conectar libre y Gago siempre recibió libre para intentar hacer lo que hacía Xavi en el Barcelona de Guardiola: que el equipo elabore en base a él, comenzando las jugadas siempre con él recibiendo libre perfilado hacia delante y que en él se decida para donde tiene que prosperar la jugada. Pero a su vez en esta cara hay una doble cara, porque a la hora de definir vuelve el concepto del inter-country: Chávez definió con muy poca determinación el mano a mano a comienzo del partido, Osvaldo ni siquiera acertó al arco en el penal, etc. Y es muy conocida esta frase: "los goles que no se meten en un arco, se meten en el otro".
Y con el segundo gol -o golpazo- de Aldosivi se vino el mundo abajo, y esa posesión de la pelota ya no tenía un fin elaborado y concreto, sino que chocaba contra el desánimo y el derrumbe y era todo con empuje, incluso transformando a Gago en un iniciador de jugadas en un destructor de las mismas, ya que todos sus pases empezaron a ser mas arriesgados y erróneos, empujados por el derrumbe anímico. Y este equipo no tuvo nada que ver con el equipo que venció a Lanús, porque estuvo la misma idea y casi los mismos intérpretes, pero no estuvo la misma actitud ni eficacia en la ejecución.
Es posible que esta versión de Boca sea una versión deteriorada por el bajón anímico que significó el affaire panadero, pero todavía quedan dos partidos y hay que recuperarse y hacer todo lo posible para irnos al descanso de la Copa América punteros, porque está en nosotros convencernos o no de que el año aún no está perdido.
miércoles, 20 de mayo de 2015
SE PREFIERE LA VIOLENCIA ANTES QUE LA PASIÓN
Hay una gran diferencia entre el juego brusco y el juego violento, y a su vez hay una gran diferencia entre la pasión y la violencia. Que dos jugadores vayan a disputar una pelota y sin intención uno levante la pierna sacándole un diente al otro es una jugada brusca y es parte del fútbol, en cambio que un jugador vaya con determinación a romper a otro es un acto violento que va fuera de todo espíritu deportivo y no tiene absolutamente nada que ver con lo que es el fútbol.
También podemos mencionar que chiflar al arquero rival cuando tarda en sacar del arco, gritar "que estás cobrando carajo" al árbitro o cargar al equipo rival es folclore y tiene mucho que ver con la pasión que se vincula al fútbol, pero otro cosa es la violencia, que tiene que ver con decir insultos irreproducibles y lanzar objetos o escupitajos a los protagonistas, tanto del equipo rival como alguno propio que haya jugado un mal partido. Apuntar con un láser a un jugador contrario también es un hecho violento sin ninguna duda, porque es un acto de cobardía queriendo sacar ventaja dificultando la visión de algún futbolista y es algo totalmente anti deportivo, mientras que la gente que está al lado de la persona que realiza esa estupidez también es culpable por complicidad.
El objetivo común del hincha y que tiene que ser habitual es ir a ver un espectáculo deportivo y alentar al equipo de sus amores, sin necesidad de faltarle el respeto a nadie, pero lamentablemente hoy en día se carece de normas, principios y educación y se ve gente hasta de clase media para arriba cometiendo agresiones verbales en las plateas, o gente que en los tiros de esquina quiere escupir desde la tribuna al jugador del equipo rival que va a ejecutar la acción de pelota detenida.
Para empezar a erradicar a los violentos del fútbol hay que empezar por cambiar la cabeza de la sociedad, y lo que pasó en el último superclásico del gas pimienta y de los botellazos desde la platea es un símbolo de lo que es hoy la sociedad: somos un país donde abunda la violencia. Y mientras, en Europa se aplaude al jugador que sale de la cancha por mas de que sea del equipo rival, una realidad muy lejana que parece inalcanzable a la realidad que se vive en la Argentina, donde ya de por sí las canciones que se cantan en los estadios tienen mucha violencia, como cuando se dice "vamos a matarles el tercero", pero si no tomamos consciencia de los hechos violentos que son graves, menos vamos a tomar consciencia de eso.
También podemos mencionar que chiflar al arquero rival cuando tarda en sacar del arco, gritar "que estás cobrando carajo" al árbitro o cargar al equipo rival es folclore y tiene mucho que ver con la pasión que se vincula al fútbol, pero otro cosa es la violencia, que tiene que ver con decir insultos irreproducibles y lanzar objetos o escupitajos a los protagonistas, tanto del equipo rival como alguno propio que haya jugado un mal partido. Apuntar con un láser a un jugador contrario también es un hecho violento sin ninguna duda, porque es un acto de cobardía queriendo sacar ventaja dificultando la visión de algún futbolista y es algo totalmente anti deportivo, mientras que la gente que está al lado de la persona que realiza esa estupidez también es culpable por complicidad.
El objetivo común del hincha y que tiene que ser habitual es ir a ver un espectáculo deportivo y alentar al equipo de sus amores, sin necesidad de faltarle el respeto a nadie, pero lamentablemente hoy en día se carece de normas, principios y educación y se ve gente hasta de clase media para arriba cometiendo agresiones verbales en las plateas, o gente que en los tiros de esquina quiere escupir desde la tribuna al jugador del equipo rival que va a ejecutar la acción de pelota detenida.
Para empezar a erradicar a los violentos del fútbol hay que empezar por cambiar la cabeza de la sociedad, y lo que pasó en el último superclásico del gas pimienta y de los botellazos desde la platea es un símbolo de lo que es hoy la sociedad: somos un país donde abunda la violencia. Y mientras, en Europa se aplaude al jugador que sale de la cancha por mas de que sea del equipo rival, una realidad muy lejana que parece inalcanzable a la realidad que se vive en la Argentina, donde ya de por sí las canciones que se cantan en los estadios tienen mucha violencia, como cuando se dice "vamos a matarles el tercero", pero si no tomamos consciencia de los hechos violentos que son graves, menos vamos a tomar consciencia de eso.
domingo, 17 de mayo de 2015
MAS QUE UN PARTIDO, UNA GUERRA
Es increíble que en el fútbol argentino se hable de todo menos de fútbol. Tendríamos que estar hablando de la derrota o clasificación de Boca en cuanto a lo futbolístico en la Libertadores, pero todos hablamos del papelón del gas pimienta, habría que estar hablando del partido de Boca con Aldosivi pero no hay fecha por la muerte de Emanuel Ortega, en la previa del tercer superclásico se habló mas del árbitro que de lo que iban a hacer los 22 protagonistas con la pelota.
Y vallamos también a lo que pasa dentro de la cancha: los superclásicos se empezaron a caracterizar por la violencia: Martínez y Pavón estuvieron dos meses afuera por las patadas de Vangioni, Burdisso tuvo que salir 10 minutos en el verano por un corte en la frente por un codazo, Funes Mori tira una patada a lo Chaki Chan, Pablo Pérez recibe un codazo que le produce una cortadura en el labio, luego los jugadores de Boca no quieren acompañar a los de River al vestuario para que no reciban botellazos. El fútbol se transformó en un juego de violencia, deslealtad, malos manejos, polémicas, y de lo que menos se habla es de fútbol. ¿Un partido o una guerra?
Y vallamos también a lo que pasa dentro de la cancha: los superclásicos se empezaron a caracterizar por la violencia: Martínez y Pavón estuvieron dos meses afuera por las patadas de Vangioni, Burdisso tuvo que salir 10 minutos en el verano por un corte en la frente por un codazo, Funes Mori tira una patada a lo Chaki Chan, Pablo Pérez recibe un codazo que le produce una cortadura en el labio, luego los jugadores de Boca no quieren acompañar a los de River al vestuario para que no reciban botellazos. El fútbol se transformó en un juego de violencia, deslealtad, malos manejos, polémicas, y de lo que menos se habla es de fútbol. ¿Un partido o una guerra?
viernes, 15 de mayo de 2015
BOCA-RIVER: ESTAMOS EN MANOS DEL DIABLO
No se sabe con que adjetivo se podría calificar a los que cometen semejante maldad de tirarle gas pimienta a los jugadores de River. No se sabe bien qué se cruzó por esa cabeza llena de basura de la persona (o monstruo) que arruina un espectáculo deportivo, que lastima a los jugadores de River, que caga a toda la gente que asistió al partido, que perjudica a Boca a tal punto de dejarlo afuera de la competición. No sabemos si fueron policías, si fueron delincuentes disfrazados de hinchas, pero sí sabemos que son monstruos, que se merecen lo peor, que por culpa de ellos la Bombonera puede estar clausurada por dos años.
Obviamente hay responsabilidad de Boca y culpa de Angelici porque lo que pasa dentro del estadio es tema de la seguridad de Boca, pero hay un fenómeno anterior que ni la mente mas brillante hubiera podido prevenir: ¿como ingresó el gas pimienta al estadio pasando los controles policiales? ¿que hacían los policías cuando ocurría el hecho en la manga donde se encontraban los jugadores de River?
Los hinchas genuinos y normales estamos avergonzados y con bronca por lo que pasó con nuestro club, porque esto no es Boca, esto no es fútbol, esto no es folclore, esto es una obra diabólica. Todos queríamos pasar a cuartos, pero si Boca perdía la serie queríamos verlo perder en la cancha, sentirnos orgullosos del equipo, que caiga luchando en el campo de juego y no que caiga en el escritorio por la culpa de unos enfermos mentales.
¿Porqué se tardó tanto en tomar la decisión de suspender el encuentro? Esto es Sudamérica, y como somos tan tercermundistas para que pasen estas atrocidades, también somos tercermundistas para tomar la decisión, porque entre la gente de la Conmebol, la terna arbitral y el organismo de seguridad se pasaban la pelota entre ellos mas que el Bayern Munich. Y tampoco se puede creer que el único jugador de Boca que se haya acordado de que antes de futbolistas hay personas sea Osvaldo, que fue a hablar con Ponzio, mientras Arruabarrena y compañía pretendían seguir jugando, sí, ¡seguir jugando! Por eso estamos avergonzados como hinchas de Boca en un doble sentido: por lo que les sucedió a los jugadores de River y por lo que hicieron los nuestros, y encima en medio del escándalo volaba un drone cargando al rival por el descenso como si en ese momento fuera divertido, y cuando los jugadores de River querían retirarse les lanzaban botellas, y encima los jugadores de Boca terminan saludando a la inmundicia que lanzó los objetos, y no queremos escuchar sanatas de que el saludo fue para la gente normal, porque es obvio que saludaron para no sufrir futuras amenazas.
Y la resolución final de este bochorno va a ser polémica se tome la decisión que se tome, porque si queda afuera Boca es injusto porque faltan 45 minutos y nadie tiene la culpa de lo que haga un grupo de enfermos, pero si se juega es indiscutiblemente injusto para River, pero alguna decisión en contra de Boca lamentablemente tiene que tomarse, por mas de que salgan perjudicados los que no tienen nada que ver. Los soretes que quisieron causar todo esto, que el paso de Osvaldo por Boca sea una porquería, hacer quedar mal a Angelici para que pierda políticamente (tal vez el hecho principal de la cuestión), que Boca pierda el año deportivamente (siempre es dura una eliminación con River y jugar sin público, aunque el campeonato local y la Copa Argentina todavía pueden obtenerse) y perjudicar a todos los hinchas genuinos, lo lograron, pero sobre todo lograron arruinar a Boca, que quedó mal parado frente a todo el mundo. Repito: esto no es Boca, y no hay que dejar que se siga manchando su nombre.
miércoles, 13 de mayo de 2015
LO QUE REALMENTE ES TENER CARÁCTER
No es casualidad que varios próceres de la historia de Boca como Cascini y Serna (justo dos tipos caracterizados por el carácter fuerte) hayan salido a pedir otra actitud de parte de los jugadores de Boca, como que no se dejen pegar por River y que los jugadores con mas experiencia salgan a defender al lastimado.
Si hay algo por lo cual se están caracterizando los superclásicos en este tiempo es por la agresión de parte de River y los permisivos arbitrajes que perjudican a Boca, y estos hechos dan luz a una hipotética falta de coraje de Boca, y de ahí sale la pregunta: ¿que es realmente tener carácter? A mi entender, tener carácter no es que si el rival pega hay que salir a pegar, ni ir a insultar hasta en arameo al árbitro o ir a amenazar al que cometió la agresión, sino que tener carácter es no lloriquear y salir a resolver el conflicto con altura, sin recurrir a la impotencia: contrarrestar el violento juego de River con fútbol, y si esto no es posible por el juego brusco no sancionado, también hay que jugar brusco pero medidamente, sin ponerse tan bruscos como el rival, para que el rival sepa con quien está jugando, para resolverlo con altura.
Si hay algo por lo cual se están caracterizando los superclásicos en este tiempo es por la agresión de parte de River y los permisivos arbitrajes que perjudican a Boca, y estos hechos dan luz a una hipotética falta de coraje de Boca, y de ahí sale la pregunta: ¿que es realmente tener carácter? A mi entender, tener carácter no es que si el rival pega hay que salir a pegar, ni ir a insultar hasta en arameo al árbitro o ir a amenazar al que cometió la agresión, sino que tener carácter es no lloriquear y salir a resolver el conflicto con altura, sin recurrir a la impotencia: contrarrestar el violento juego de River con fútbol, y si esto no es posible por el juego brusco no sancionado, también hay que jugar brusco pero medidamente, sin ponerse tan bruscos como el rival, para que el rival sepa con quien está jugando, para resolverlo con altura.
lunes, 11 de mayo de 2015
INDEPENDIENTE 1 BOCA 1: LO MEJOR ES NO LLEGAR PERDIENDO
Este tipo de compromisos, por mas de que se esté jugando por la punta del campeonato y por ser un clásico, es de ese tipo de partidos en los que se juegan con la cabeza en otro lado, y donde sacar un punto termina siendo negocio.
Lo mejor del partido fue que no se perdió, porque fue un partido muy dinámico, de ida y vuelta, pero porque además de la insistencia e intenciones de jugar de Independiente y las ganas de ir al frente y contragolpear constantemente de Boca estuvieron acompañadas de errores defensivos individuales y de marcar en zona de Independiente y la falta de velocidad para retroceder en la transición ataque-defensa de Boca, donde la defensa quedaba expuesta y a destiempo en todas las maniobras del equipo rival.
Y si se analizan casos individuales, realmente hay que irse conformes con el empate: Rolín jugaba después de cinco meses, Bravo y Castellani no jugaban de entrada hace rato y si no fuera por lesiones ni hubieran figurado en el equipo B, mientras que Martínez tenía definitivamente la cabeza en otro lado.
Nuestros recursos para jugar el partido fueron el choque constante de Chávez y Calleri, que no jugaron bien pero por lo menos fueron al frente (tenían que ir siempre para delante por el escaso juego del equipo), Castellani sufrió cuando no se tenía la pelota pero fue el mas claro, Meli fue otro que chocó mas de lo que jugó pero fue de lo mejor porque lo hizo con mas calidad y espacios, ya que llegaba desde atrás, a diferencia de Chávez y Calleri, y Burdisso fue el mejor porque fue el mas seguro y fue clave en las pelotas paradas.
El punto sirvió porque estiramos la diferencia con el segundo a dos puntos, ganaron rodaje varios futbolistas (una gran noticia fue la vuelta de Palacios), sumó minutos el pibe Bentancur que pinta para crack por su inteligente despliegue y visión para jugar, y porque así no llegamos bajoneados al jueves, que es el partido que realmente teníamos en la cabeza, porque si lo pudimos haber ganado fue mas por errores rivales y empuje individual que por mérito colectivo.
Lo mejor del partido fue que no se perdió, porque fue un partido muy dinámico, de ida y vuelta, pero porque además de la insistencia e intenciones de jugar de Independiente y las ganas de ir al frente y contragolpear constantemente de Boca estuvieron acompañadas de errores defensivos individuales y de marcar en zona de Independiente y la falta de velocidad para retroceder en la transición ataque-defensa de Boca, donde la defensa quedaba expuesta y a destiempo en todas las maniobras del equipo rival.
Y si se analizan casos individuales, realmente hay que irse conformes con el empate: Rolín jugaba después de cinco meses, Bravo y Castellani no jugaban de entrada hace rato y si no fuera por lesiones ni hubieran figurado en el equipo B, mientras que Martínez tenía definitivamente la cabeza en otro lado.
Nuestros recursos para jugar el partido fueron el choque constante de Chávez y Calleri, que no jugaron bien pero por lo menos fueron al frente (tenían que ir siempre para delante por el escaso juego del equipo), Castellani sufrió cuando no se tenía la pelota pero fue el mas claro, Meli fue otro que chocó mas de lo que jugó pero fue de lo mejor porque lo hizo con mas calidad y espacios, ya que llegaba desde atrás, a diferencia de Chávez y Calleri, y Burdisso fue el mejor porque fue el mas seguro y fue clave en las pelotas paradas.
El punto sirvió porque estiramos la diferencia con el segundo a dos puntos, ganaron rodaje varios futbolistas (una gran noticia fue la vuelta de Palacios), sumó minutos el pibe Bentancur que pinta para crack por su inteligente despliegue y visión para jugar, y porque así no llegamos bajoneados al jueves, que es el partido que realmente teníamos en la cabeza, porque si lo pudimos haber ganado fue mas por errores rivales y empuje individual que por mérito colectivo.
viernes, 8 de mayo de 2015
RIVER 1 BOCA 0: ABSORBIDOS POR LA PRESIÓN
Antes del comienzo del partido ya la cosa olía mal. No solo porque las bajas temperaturas que había en el Monumental iban a ser un condicionante que podía perjudicar la salud de los jugadores, como cuando Gago hace el gesto de que se estaba muriendo de frío, sino que la formación no parecía acorde al contexto ni a lo que iba a proponer el rival. Porque River salió a comerse la mitad de la cancha con Ponzio y Kranevitter, es decir que iba a disputar el partido a través de la presión y la fricción, y se necesitaban jugadores con personalidad y experiencia para no ser devorados por ese remolino que era la mitad de la cancha. Marín no me parece lo mismo que Peruzzi, ni Pavón me parece lo mismo que Carrizo ni Chávez, porque aunque tanto Cristian como Leandro son muy buenos futbolistas con todo el respeto que se merecen, no era el partido ideal para que jueguen desde el arranque, porque son chicos y hay que llevarlos de a poco, y no es que Boca no tiene plantel como para que tengan que salir a dar la cara los pibes. Y por otra parte estaba bien que jueguen Cubas y Calleri, uno porque es el único cinco de marca y el otro porque ya tiene bastante rodaje en la primera de Boca y era un partido ideal para sus características, pero no por eso había que dejar de lado a Osvaldo, que solo vino por seis meses y en este tipo de partidos es donde mas hay que sacarle el jugo a su personalidad y categoría, y además porque podía tirarse unos metros atrás para colaborar en el medio y para asociarse con los volantes o intercambiar la posición con Calleri.
El primer tiempo fue un desconcierto porque no podíamos dar dos pases seguidos y fuimos totalmente absorbidos por dos presiones, la del marco y la de River, pero no carecíamos de tranquilidad porque no nos estaban generando situaciones. En la segunda parte nuestras esperanzas de convertir un gol fueron mas concretas, animándonos a pararnos cerca de Barovero y a tener mas juego interno, donde Gago, Pérez y Loderio armaron un buen tándem, pero aún así los avances de Boca no eran muy explosivos porque faltaba esa chispa que te da descargar a los costados, porque los laterales no se proyectaron prácticamente nada y Pavón fue uno de los absorbidos por el agujero negro, y para el juego de Boca es necesario hacer ancha la cancha con jugadores en los extremos.
Con todo lo que pasamos el empate no era un resultado desagradable, pero por esas cosas que dije sobre la presión y la extraña formación elegida para el partido derivaron en un penal inexplicable, innecesario e infantil de Marín que te cuestan el partido y en la copa estos errores te pueden dejar afuera. Y además de todo lo que duele perder un partido con River, lo que duele mucho es que nos hayan ganado a lo Boca, con guapeza y jugando de una forma ruda.
River entendió que tenía que jugar el partido con doble cinco para ganarlo en la mitad de la cancha, y Boca va a tener que entender también una cosa: que tener un buen plantel no significa poder darte el lujo de poner chicos en esta clase de partidos. Ahora hay que pensar en el próximo jueves y tomar los errores como una enseñanza porque en el partido de vuelta no puede haber errores.
El primer tiempo fue un desconcierto porque no podíamos dar dos pases seguidos y fuimos totalmente absorbidos por dos presiones, la del marco y la de River, pero no carecíamos de tranquilidad porque no nos estaban generando situaciones. En la segunda parte nuestras esperanzas de convertir un gol fueron mas concretas, animándonos a pararnos cerca de Barovero y a tener mas juego interno, donde Gago, Pérez y Loderio armaron un buen tándem, pero aún así los avances de Boca no eran muy explosivos porque faltaba esa chispa que te da descargar a los costados, porque los laterales no se proyectaron prácticamente nada y Pavón fue uno de los absorbidos por el agujero negro, y para el juego de Boca es necesario hacer ancha la cancha con jugadores en los extremos.
Con todo lo que pasamos el empate no era un resultado desagradable, pero por esas cosas que dije sobre la presión y la extraña formación elegida para el partido derivaron en un penal inexplicable, innecesario e infantil de Marín que te cuestan el partido y en la copa estos errores te pueden dejar afuera. Y además de todo lo que duele perder un partido con River, lo que duele mucho es que nos hayan ganado a lo Boca, con guapeza y jugando de una forma ruda.
River entendió que tenía que jugar el partido con doble cinco para ganarlo en la mitad de la cancha, y Boca va a tener que entender también una cosa: que tener un buen plantel no significa poder darte el lujo de poner chicos en esta clase de partidos. Ahora hay que pensar en el próximo jueves y tomar los errores como una enseñanza porque en el partido de vuelta no puede haber errores.
lunes, 4 de mayo de 2015
BOCA 2 RIVER 0: DEMOSTRAMOS QUE LO QUERÍAMOS GANAR
Riquelme, un astro del fútbol jugando y declarando, dijo mas de una vez que el superclásico lo gana el que lo quiere ganar, y nosotros demostramos que lo queríamos ganar. A lo largo del partido no hubo una neta superioridad de Boca, ya que el partido daba para la fricción y el pase largo porque River presionaba y mucho en nuestra zona de elaboración, donde a Lodeiro le costó mas que otros partidos jugar de interno, y por el mencionado juego que se estaba desarrollando, tampoco era una de las mejores tardes de Osvaldo, pero las mejores jugadas de Boca en el primer tiempo fueron obras de estos dos señores: remate en el palo que saca Osvaldo de la galera y un gol errado increíble de Chávez después de que Lodeiro la dejara pasar. No es casualidad que cuando ellos aparecen aparece la mejor versión de Boca, no la del pelotazo, la impaciencia y el empuje, sino la de la triangulación, juego interno y hacer ancho el campo, pero como se dijo anteriormente, el partido fue mas de la peor versión de Boca, y en eso River tuvo que ver porque no nos dejaba jugar. Pero siempre dio la sensación de el que mas lo buscó fue Boca, de que las pocas veces que hubo fútbol fueron de Boca, y que River solo cosquilleaba con diagonales de Driussi y el oportunismo de Mora, insuficientes para quebrarnos.
En los primeros 20 del segundo tiempo todos nos asustamos, porque seguía esa inpresición constante pero ya no acompañada de ráfagas de fútbol, sino que era una inpresición mas agravada, acompañada de desmoronamiento, nerviosismo e intranquilidad, y eso alentó a River a animarse un poco. Pero el Vasco tuvo la llave en el banco, y ahí estuvo una de nuestras demostraciones mas importante de quererlo ganar: demostramos querer ganar por los cambios que realmente fueron cambios, a diferencia del rival que hizo modificaciones que no pesaron.
Gago nos dio serenidad, primer pase, visión, liberó a Lodeiro para que juegue mas cerca de los puntas (su mejor versión), mientras que Pavón y Pérez nos dieron mas convicción, frescura y llegada al área, y estos atributos se fusionaron para generar ambos goles.
Tenemos que aprovechar al máximo este envión que significa haber ganado este partido, porque la gran diferencia entre Boca y River es que nosotros podemos rotar pero si repetimos el equipo está perfecto, porque nadie juega mal, y River está bajoneado porque lo único que tiene no le rinde, y la imagen del final del partido con Boca yendo a buscar la victoria hasta el final y River aguantando el cero es una clara muestra y puede ser determinante para lo que viene.
En los primeros 20 del segundo tiempo todos nos asustamos, porque seguía esa inpresición constante pero ya no acompañada de ráfagas de fútbol, sino que era una inpresición mas agravada, acompañada de desmoronamiento, nerviosismo e intranquilidad, y eso alentó a River a animarse un poco. Pero el Vasco tuvo la llave en el banco, y ahí estuvo una de nuestras demostraciones mas importante de quererlo ganar: demostramos querer ganar por los cambios que realmente fueron cambios, a diferencia del rival que hizo modificaciones que no pesaron.
Gago nos dio serenidad, primer pase, visión, liberó a Lodeiro para que juegue mas cerca de los puntas (su mejor versión), mientras que Pavón y Pérez nos dieron mas convicción, frescura y llegada al área, y estos atributos se fusionaron para generar ambos goles.
Tenemos que aprovechar al máximo este envión que significa haber ganado este partido, porque la gran diferencia entre Boca y River es que nosotros podemos rotar pero si repetimos el equipo está perfecto, porque nadie juega mal, y River está bajoneado porque lo único que tiene no le rinde, y la imagen del final del partido con Boca yendo a buscar la victoria hasta el final y River aguantando el cero es una clara muestra y puede ser determinante para lo que viene.
sábado, 2 de mayo de 2015
IMPROVISACIÓN LATERAL
En la trilogía de los Superclásicos habrá un factor común entre los dos conjuntos que por lo menos para mí no pasa desapercibido: los laterales izquierdos son improvisados. No es casualidad que Arruabarrena haya tenido que recurrir a que Colazo pase a jugar de lateral o que cuando River fue a buscar a Vangioni incorporó un volante que Martino convirtió en marcador de punta en Newell´s. La cuestión viene sin dudas de mas abajo, de las divisiones formativas, y el Sudamericano sub-20 conseguido por el seleccionado juvenil de Humberto Grondona es una prueba: el único marcador de punta de naturaleza era Tripichio.
Es menester que los entrenador de las divisiones inferiores formen a los juveniles para que el entrenador de primera tenga recursos con los cuales contar, es decir, tener jugadores en todas las posiciones. Y al no formar marcadores de punta (hacer lo que se hace en primera: colocar a un chico que juega de volante de lateral para que no haya carencias en el puesto), estos se terminan formando en primera, y como todo cambio de hábitat, se necesita de un tiempo de transición y adaptamiento, y esto deja secuelas, mas que nada del lado de Vangioni, que le cuesta mucho retroceder sin cometer falta por estar acostumbrado a una posición mas adelantada, y estas secuelas se tendrían que resolver en las divisiones inferiores, y para eso se tendrían que haber formado laterales en las mismas.
Nadie dice que Colazo, Vangioni, Buffarini, Rojo, Roncaglia o Cardozo y Grillo (centrales de Vélez zurdos convertidos en laterales izquierdos) no se hayan adaptado de gran manera al puesto, pero también hay que decir que el mismo Vangioni o Solari padecen de las secuelas del cambio de posición, y sería mucho mas reconfortante para los técnicos de primera que la formación de los laterales sean trabajo de las inferiores y no de ellos. Una deuda que se hace muy prolongada en los últimos tiempos del fútbol argentino.
Es menester que los entrenador de las divisiones inferiores formen a los juveniles para que el entrenador de primera tenga recursos con los cuales contar, es decir, tener jugadores en todas las posiciones. Y al no formar marcadores de punta (hacer lo que se hace en primera: colocar a un chico que juega de volante de lateral para que no haya carencias en el puesto), estos se terminan formando en primera, y como todo cambio de hábitat, se necesita de un tiempo de transición y adaptamiento, y esto deja secuelas, mas que nada del lado de Vangioni, que le cuesta mucho retroceder sin cometer falta por estar acostumbrado a una posición mas adelantada, y estas secuelas se tendrían que resolver en las divisiones inferiores, y para eso se tendrían que haber formado laterales en las mismas.
Nadie dice que Colazo, Vangioni, Buffarini, Rojo, Roncaglia o Cardozo y Grillo (centrales de Vélez zurdos convertidos en laterales izquierdos) no se hayan adaptado de gran manera al puesto, pero también hay que decir que el mismo Vangioni o Solari padecen de las secuelas del cambio de posición, y sería mucho mas reconfortante para los técnicos de primera que la formación de los laterales sean trabajo de las inferiores y no de ellos. Una deuda que se hace muy prolongada en los últimos tiempos del fútbol argentino.
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