viernes, 31 de marzo de 2017

RENOVACIONES FALLIDAS

 Se habla mucho de una posible renovación, que Bauza no es el técnico con el liderazgo suficiente como para desarmar el grupo que, a excepción de Messi, viene jugando hace muchos años en la selección y que se ven desgastados mentalmente, tornándose inapelable el deseo de aires más frescos para el seleccionado. Pero la pregunta es: ¿si no son Di María, Aguero, Higuaín o Mascherano, entonces quienes son? No hay otras figuras altisonantes además de Icardi o Dybala como para pedir a gritos el cambio de figuritas. Para llevar a cabo una renovación se necesita formar nuevas camadas, porque un recambio implica mover fichas y jugar con otras, y esas otras son las que se necesitan y en este momento no parece haber. Por esa misma razón, luego del Mundial de Rusia, donde muchos nombres habitué de esta selección ya no tengan futuro en la misma, será una incertidumbre el andar de Argentina mas allá de que por la cantidad de clasificados esté asegurada su participación mundialista versión 2022. 
 Esa palabra tan solicitada, renovación, también se viene pidiendo hace rato desde el fallecimiento de Grondona (después de su muerte simplemente porque durante su vida hubiese sido tan imposible como ahora), porque es intuitivo el hecho de que las últimas administraciones, entre Grondona y especialmente Segura, llevaron a la AFA a tal destrozo que el mandamás debió ser elegido por el presidente de la nación sin elección de los clubes y sin la potestad de ser llamado presidente, sino más bien con el nombre de normalizador, que tenía como deber ordenar la casa antes de la llegada de un presidente y no fue capaz de estabilizar la situación ni de evitar que los jugadores pasen un momento desesperante. 
 Se pidió tanto una renovación, y el presidente que va a direccionar el rumbo de nuestro fútbol termina siendo un hombre del mismo palo, denunciado por Graciela Ocaña ante la Conmebol por no cumplir con las condiciones éticas para el cargo a causa de un enriquecimiento ilícito (¿qué pasó con eso?), y cuyo club del cual proviene no cuenta con inodoros en los vestuarios (http://www.clarin.com/deportes/ascenso/daniel-bazan-vera-chiqui-tapia-quiere-presidente-afa-club-inodoros-bano_0_HymbcWsqx.html). Tal como dijo la mencionada diputada, el fútbol argentino desperdició una oportunidad de renovarse, de enderezar el rumbo con gente nueva, idónea, honesta, abierta al diálogo y con proyectos sobre la mesa. El fútbol seguirá dependiendo del ala grondonista y de un embuste ventajista y autoritario como lo demuestran las declaraciones de Hugo Moyano, tratando de "incapaces mentales" y "cucarachas" a los que cuestionan que un "barrendero" sea presidente de la AFA, descalificando a la gente que piensa distinto cubriéndose con un falso compromiso para con los trabajadores, cuando todos sabemos que Tapia, al igual que los líderes relacionados con el mundo sindical, dejaron atrás sus humildes vidas laboriosas (como barrendero, en el caso de Tapia) e incrementaron sus patrimonios notablemente, y en muchos casos difícil de justificar honestamente. 
 También cuando se ve que Tapia llegó a la presidencia sin ningún tipo de oposición, donde no se presentó ninguna otra lista, puede entreverse que esa clase política "prometedora", como lo son los Tinelli, Lammens, D'onofrio, entre otros, no presentan un candidato, no contribuyen a la democracia en el fútbol y le garantizan el poder a los que hace no mucho tiempo trataban de enemigos. ¿Si la dirigencia del fútbol no es capaz de formar alternativas, de qué renovación estamos hablando?
 No hay que olvidar que las renovaciones que no aparecen desde lo dirigencial, difícilmente emerjan en el campo de juego. 

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